Nuestros hijos, incluyendo los adolescentes, exageran casi todo en la vida. En sus mentes, pueden transformar las cosas pequeñas en problemas grandes. Los niños y los adolescentes todavía no tienen el desarrollo mental para categorizar y evaluar la realidad de manera objetiva. Así que su realidad usualmente es extravagante y fuera de límites. Ahora, piense en la manera en que ellos pueden percibir las noticias que cambian cada día en cuanto a la enfermedad del coronavirus que está arrasando con el mundo. Este cambio rápido fácilmente puede producir temor, ansiedad y preguntas difíciles en nuestros hijos.
Algunos padres han compartido conmigo los comentarios que sus hijos han hecho en las semanas pasadas:
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Un padre dijo: “Uno de mis hijos me sigue preguntando: ‘Si Dios sabe todo, entonces también sabe quién se contagiará, y yo no puedo cambiar esto. Entonces, ¿por qué incluso estamos tratando de hacerlo?”.
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Una pequeña niña de seis años escuchó a sus padres que hablaban del virus y dijo: “¿Quieren decir que no podremos ir a la iglesia nunca más?”. Luego añadió: “¿Y qué pasa si nosotros nos contagiamos?”.
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Una niña de siete años dijo: “Mamá, ¿por qué el diablo malvado continúa haciendo cosas malas? ¿Es porque Dios lo despidió?”. (Debo admitir que sonreí al escuchar esto).
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Después de escuchar que su abuelita no podía visitar su casa debido a la cuarentena, una niña de nueve años dijo: “¡No me gusta el ‘corovirus’! ¡No me gusta que no pueda ver a mi familia!”.